La tradición detectivesca y el primer relato del género policial
Los crímenes de la Rue Morgue de Edgar Allan Poe marca el inicio del género policial, presentando a C. Auguste Dupin, el primer detective literario, que resuelve un enigma mediante su aguda deducción, enfrentando el caos del crimen con lógica y razón.
Los crímenes de la Rue Morgue, de Edgar Allan Poe
Resumen
Se produce el brutal asesinato de dos mujeres en un popular barrio de París. C. Auguste Dupin es un detective amateur que, mientras la policía daba por hecho que ningún sospechoso sería capaz de acceder a la escena del crimen a través de la ventana, pudo deducir que el asesino trepó por las paredes y entró en la escena, donde se hallaban madame y mademoiselle L’Espanaye, madre e hija.
El perspicaz Dupin llega a la conclusión de que ningún ser humano podría tener la fuerza con la que asesinaron a las L’Espanaye, por lo que el perpetrador del homicidio tendría que poseer una fuerza sobrehumana, además de una ferocidad animal. Para probarlo, Dupin señala que el pelo hallado en la escena del crimen no era humano y, recurriendo a un libro sobre zoología de Cuvier, demuestra que el sospechoso es nada menos que un exótico animal, un orangután llevado a París por su dueño, un marinero, quien, aunque está implicado en el asesinato, es inocente.
A través del anuncio de la captura del animal, atrae al dueño, quien pretende recuperarlo. Por tanto, le tiende una emboscada, pues cuando llega el marinero, Dupin lo presiona para que confiese todo lo que sabe, sacando incluso una pistola. El marinero confiesa, finalmente, una extraordinaria historia a cuya conclusión la policía, de no ser por la capacidad de deducción de Dupin, jamás habría podido llegar.
Análisis de algunos elementos clásicos en el relato de Poe
En este relato, según Rodríguez Ayala, se presenta la lucha mítica entre el bien y el mal y, más claramente, entre el hombre, racional y el animal, irracional, entre el detective y el criminal. El detective se presenta como un héroe mítico que tiene que cumplir un destino, mientras que el criminal es presentado como un monstruo. Para demostrarlo, Rodríguez Ayala señala un paralelismo entre el mito de Teseo y el minotauro y el enfrentamiento entre el héroe, detective, y el monstruo, criminal (2019: 24-25). La naturaleza de esta mitología se moderniza para señalar la lucha que vive el hombre racional en contra de lo salvaje del monstruo, del animal –en el caso de este relato, literalmente— (2019: 25).
Edgar Allan Poe se sentía fascinado por el feminicidio, pues muchas de las muertes en sus obras eran de mujeres. Esto puede deberse a que a muy temprana edad tuvo que asumir la muerte de su madre, y no solo eso, pues, como dice Gaston Bachelard, Poe perdió «a todas las mujeres fielmente amadas» (2019: 26).
Volviendo al tema de la mitificación observada en Los crímenes de la Rue Morge: se puede interpretar este relato míticamente, pues Auguste Dupin es como un héroe mítico. Dicho héroe nos es presentado por un narrador anónimo, allegado a Dupin, lo que es, de hecho, común en los relatos de Poe. De tal forma, Dupin nos es descrito como un hombre con gran agudeza, capacidad de análisis y una excepcional lógica. Según declara Gilbert Durand, el héroe mítico tiene un destino mítico que consta de tres partes. La primera parte es el anuncio de la excepcionalidad del destino que le es otorgado; la segunda parte hace referencia al empeño del héroe para obtener la victoria sobre múltiples pruebas; y, finalmente, la tercera parte hace referencia a aquello que se halla al final de las pruebas, el tesoro o la revelación de un secreto (2019: 27).
El héroe destaca por su sus atributos divinos o reales, pero Dupin destaca por su excentricidad. Además, como el héroe mítico requiere de un portavoz que difunda su historia, Dupin tiene en este caso a un amigo y narrador anónimo que habla sobre sus hazañas. El héroe ejecuta tareas relacionadas con combates, amores y la obtención de la victoria, mientras que Dupin obtiene la victoria solo cuando consigue averiguar en qué circunstancias sucedieron los crímenes que investiga, pues, como se explicará más adelante, el detective se enfrenta a un misterio que parece no tener explicación y que finalmente tiene una explicación lógica y extraordinaria. Por tanto, por ser un «reto sobrehumano», es un misterio que solo un héroe, un personaje excepcional, puede resolver (2019: 27).
El mito de Teseo y el minotauro ha sido rescatado para establecer paralelismos con diferentes historias en otras ocasiones. Este mito cuenta la historia de Teseo, un héroe mítico que se enfrenta al monstruoso minotauro, ya que el rey Minos ordenó que cada siete años, catorce jóvenes, la mitad mujeres y la mitad hombres, fueran enviados a Creta para alimentar al minotauro. Teseo es un héroe que se ofrece voluntariamente a acabar con el monstruo, por lo que toma el lugar de uno de los enviados y, con la ayuda de Ariadna, logra atravesar el laberinto sin perderse y le da muerte al minotauro (2019: 28).
Rodríguez Ayala cree que Auguste Dupin es una representación moderna de Teseo, pues ambos se enfrentan al mal. Dupin pretende explicar un crimen y, aunque sus motivaciones cambian a lo largo de los relatos de Poe, siempre muestra un sincero interés por aclarar un misterio, siendo esto su principal recompensa. Además, en este primer relato policiaco de Poe, Dupin se enfrenta a una bestia, no a un hombre, pues el culpable finalmente es un orangután. Sin embargo, no hablamos de un enfrentamiento físico, sino que Dupin se enfrenta a un misterio y su destino es revelar la verdad. Por tanto, el género policiaco ejemplifica la lucha entre el bien y el mal, entre el detective y el criminal. De tal forma, este relato es el primero en que se rescata la lucha entre el bien y el mal, inaugurando un nuevo género (2019: 28-29).
Auguste Dupin se enfrenta a varios indicios sin respuesta aparente que se presentan como obstáculos para la resolución del enigma. Según Kirk, «la eliminación de monstruos y personajes similares es una actitud típicamente heroica que tiene sus raíces en el cuento popular como en la pálida memoria de reyes y guerreros legendarios» (2019: 30).
La bestia, el orangután, representa la falta de raciocinio, es un ser infrahumano que obedece únicamente a sus instintos; al contrario que un hombre como lo puede ser Dupin, extremadamente inteligente y racional. El orangután escapa de su dueño por temor a recibir una reprimenda con el látigo, llegando a meterse en los aposentos de un par de desafortunadas mujeres, a las que mata sin ningún atisbo de piedad o arrepentimiento, ejemplificando el caos. Para derrotar a este monstruo Dupin utiliza el análisis y la observación, además de la deducción. Por todo lo anteriormente expuesto, es claro que este relato, tal y como dice Rodríguez Ayala, «replantea la lucha arcaica del bien contra el mal, del ser heroico contra el animal monstruoso», lo que será un factor constante en la pasada, presente y futura creación literaria (2019: 30).
Características del género policial
- Hay un enigma que resulta casi inexplicable. Puede ser un crimen de distintas clases, tales como un robo o un asesinato.
- Se plantean una serie de pistas que el investigador debe interpretar.
- El investigador puede ser un profesional o no que utiliza su razonamiento para analizar aquello que se les presenta y llegar a una conclusión.
- A pesar de que la resolución del enigma puede ser extraordinaria, nunca será sobrenatural.
Con Los crímenes de la Rue Morgue, Edgar Allan Poe inicia lo que será un nuevo género de ficción en la literatura universal, que se arraigará primero en Estados Unidos y luego se desarrollará en Europa, específicamente en Francia y Gran Bretaña. Esta última realizó el aporte de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, entre otros. Las historias sobre detectives nacen del interés de Poe por los acertijos y los juegos mentales. Se trata de una trama que destaca por la búsqueda de la resolución de un enigma relacionado con un crimen. El protagonista suele tener grandes dotes de observación, análisis y un gran razonamiento deductivo (Navas Ruiz, 2012: 57).
De acuerdo con Vizcarra, el género policial se origina en el uso del razonamiento para explicar, siempre científicamente, un enigma que se deriva del caos de un crimen (2013: 115). Por ende, la inteligencia y el análisis son fundamentales en el desarrollo del género policial, pues se fundamenta en características de la modernidad. Vizcarra compara al detective con un «dandy urbano» por su excentricidad y tendencia a la misantropía. Baudelaire se referirá a este personaje como flâneur, un individuo característico de la modernidad nocturno, callejero y letrado que pasea por una ciudad, buscando algo que observar e investigar. Este personaje podría ser pobre, pero pertenece a los círculos de la alta sociedad (2013: 116-117).
En el relato de Edgar Allan Poe se recurre al tema de la alteridad de la mano de un animal salvaje, quien es el perpetrador del crimen, pues preguntarse quién es el culpable, según Jacques Dubois, es lo mismo que preguntarse quién es «el otro» (2013: 118).
C. Auguste Dupin es, definitivamente, el primer detective de la literatura universal. Representa la idea del detective bibliófilo, ya que conoce al narrador de sus relatos, anónimo amigo suyo, en una librería, mientras buscaban el mismo libro (2013: 120). De tal modo, parte de la excentricidad del detective se manifiesta en su fascinación por los libros. Por un lado, Auguste Dupin es quien deja en evidencia al jefe de policía, resolviendo a través del razonamiento un enigma con una extraordinaria explicación, llegando a la resolución del problema a través del anuncio en el periódico para atraer al principal testigo, el marinero, estableciendo, según Vizcarra, el modelo del «texto como indicio necesario para esclarecer el misterio». Por otro lado, en el tercer relato de Poe La carta robada se establece el modelo del objeto escondido (2013: 121).
Tal y como dice Vizcarra, el lector tiene la sensación de estar enriqueciéndose culturalmente al leer un libro del género policial, pues a menudo aborda cuestiones de interés, tales como cuestiones religiosas o políticas, o de muchas otras clases. El detective, al esclarecer el enigma, al buscar las justificaciones, analiza no solo la situación, sino que incluso presenta una lectura general de la sociedad (2013: 124).
Duflo explica que el lector procede de una forma específica en su interpretación de la trama: lee los indicios a la vez que el texto y los interpreta mediante el código hermenéutico, estructurándose así el enigma y mediante este esquema al leer nos percatamos de las numerosas posibilidades que nos presenta el texto. Las trampas, según Duflo, o morfemas dilatorios, según Barthes, son: el engaño, el equívoco, la respuesta suspendida o el bloqueo. A través de estos elementos hallados en la ficción se entiende que la respuesta, la resolución del misterio, es aquello que está al final del texto, pero antes de aproximarse al final obtenemos numerosas señales. Partimos del estado inicial, que es la ocultación, atravesando el código hermenéutico que es la lectura e interpretación y acabando en el desenlace, que es la revelación (2013: 129-130). Al respecto, Vizcarra asegura que «[n]o es que se trate de un par de obras de género policial, sino que, en su lectura, gracias a los “obstáculos” o morfemas dilatorios, se mantiene el régimen del código hermenéutico mediante el paso entre el ocultamiento y la revelación, el caos y el orden, la ignorancia y el conocimiento» (2013: 131).
Bibliografía
Navas Ruiz, M. (2012). “Géneros desarrollo de la novela policíaca como género literario (y III)”. Docta Ignorancia Digital. (Nº 3), pp. 56-63.
Rodríguez Anaya, A. M. (2019). «Dupin, el héroe y el minotauro en “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgar Allan Poe». Interpretatextos (Nº 21), pp. 23-32.
Vizcarra, H. F. (2013). “Detectives, lectura, enigma”. Cuadernos Americanos: Nueva Época. Vol. 1 (Nº 143), pp. 115-134.